Friday, December 08, 2006

Año nuevo vida vieja

Esta famosa frase ha sido muy popular en nuestra cultura, mucha gente conoce la canción, la misma que suena cada vez que se aproxima el fin de un año, cuando de repente nos sentimos invadidos por sensaciones relajantes, fundamentadas en excusas que nos decimos para justificar las metas fallidas y las falencias que queremos mejorar. Toda la época gira alrededor de la frase, cada año desde que se empieza a adornar la casa, se piensa que este año debe tener el pesebre que tenga el niño Dios articulado y que debe ser por supuesto mas grande que el del año anterior, esta actitud sigue con la persona durante el transcurso de la época.

El siguiente efecto se refleja en el día de la virgen ó día de las velitas, ese famoso 8 de diciembre en donde los perros se esconden por los ruidos de la estruendosa pólvora, mientras que nos encontramos encendiendo las velas frente al jardín, pensando que el próximo año si iremos a dar la vuelta a la ciudad y así admirar el alumbrado publico que debe seguir nuestra ideología de mejorar el próximo año porque siempre hay alguien que piensa que debería haber mas y mas alumbrado.

Sigue el paso de los días y sigue incrementándose la lista de objetivos para el próximo año, llegamos al 24 de diciembre, una de las fechas cúspides de este proceso, en este día en especial es cuando entra a la lista un objetivo que para muchas jóvenes esta de primero y se mantiene presente cada día de sus vidas, este objetivo gigante es el cuidado del peso, muchas casi ni pueden disfrutar de la espectacular cena por el remordimiento que esto les genera, al cual silencian con la conocida frase.

Al llegar a la ultima semana del año, la lista se ha vuelto algo incontrolable, así que para organizarla, el 31 de diciembre se realizan los mas tradicionales rituales de fin de año y curiosamente nos topamos con que los rituales se inspiran en deseos de cambio para el año nuevo, empezamos comiendo 12 uvas y pidiendo un deseo por cada una, algunos piden el mismo deseo que pidieron el año pasado, pensando- este año si es, este año si-, otros piden deseos muy recientes, los cuales olvidan casi al día siguiente, pasamos a salir todavía ahogándonos con las uvas a correr por toda la manzana con una maleta, pensando que eso nos va a ayudar a viajar el año que viene, la verdad si la maleta representa la posibilidad de un viaje, seria algo bastante preocupante ya que estaríamos dirigiéndonos a un viaje muy largo a pie y con una maleta totalmente vacía, aunque esto no seria un problema si uno de los deseos de las uvas fue plata, un carro ó ropa; al terminar la vuelta a la manzana llegamos a la casa algo sudorosos por el ejercicio, pero tranquilos de haber podido bajar la cena, al llegar nos damos cuenta que por lo menos uno de nuestros familiares lleva consigo el famoso interior amarillo para la prosperidad y la buena suerte, aunque no se sabe en realidad suerte en que, no puede ser suerte con el sexo opuesto por que el amarillo con degrade no es algo muy atractivo, al contrario puede llegar a ser algo molesto.

Finalmente podemos llegar a ser muy obsesivos con las metas y dejar de lado el agradecimiento, deberíamos pensar por un momento durante esta época que hay cosas que ya hemos logrado y que hay cosas que si podemos lograr pero no idealizándolas sino al buscándolas, desarrollándolas y haciéndolas realidad, no se porque todavía la gente vive enfocada en lo que le falta y no se fija en que quizás este sea el ultimo año en que puedan disfrutar con sus familias de una deliciosa cena y una noche tranquila alejados de los SMS que cada vez nos invaden mas y mas, quizás el próximo año tengamos que enviar un mensaje de texto para recibir el pavo ó para conocer personas con quien jugar aguinaldos. Es importante preguntarnos: ¿Por qué vivimos pensando en una vida nueva y no pensamos en aceptar y mejorar nuestra vida vieja?